Día 4 del décimo ciclo

Salí a caminar a las 7 de la mañana. Me sentía lento, así que más que una caminata fue un paseo. Llevaba como siempre mi monitor cardíaco Polar, y al final de los 40 minutos, me indicó que me había mantenido dentro del rango de ejercicio cardiovascular sólo durante menos de 20 minutos (normalmente me mantengo más de 35). Como iba a un ritmo diferente del habitual, entré al ramal 1 (de la Calle Caurimare: nosotros vivimos en el ramal 6. Son callecitas ciegas que salen de la Caurimare). Nunca había caminado por ahí, y encontré en él una casa muy bonita.

Después del baño y el desayuno, salí con Carmen a hacer una cita para ella para una colonoscopia de rutina que tiene pendiente desde hace algún tiempo. Se la hará con mi mismo gastroenterólogo (en realidad es al revés: el Dr. Vethencourt fue antes su gastroenterólogo que el mío). Tuvimos que ir personalmente porque teníamos como una semana intentando hacer la cita por teléfono sin éxito.

Después de hacer la cita, fuimos hacia la Carretera Panamericana a ver si escogíamos un arbolito de navidad -de los artificiales. Cuando empezamos a subir vimos que había mucha cola en la vía de bajada hacia Caracas, una cola de varios kilómetros. Temimos tener que bajar por Las Adjuntas, lo que significaría tener que llegar hasta Los Teques, para regresar a casa vía Caricuao. Carmen quería ir a un negocio que se llama Full Flores, al lado del Centro Comercial La Casona. Compraríamos el arbolito sólo si encontrábamos uno de un precio razonable y que fuera más bonito que el que tenemos, que no está tan mal, en realidad. No fue así: los que vimos eran feos y caros.

En el Kafta de La Casona compramos unos sandwiches árabes de falafel con tabule para Carmen y Jorge; yo comería filetes de curvina al horno que quedaron de ayer. No perdonamos unos mabrumes con pistacho, dulces que son unos cilindros hechos con fideos de sémola muy tostados, rellenos con pistachos y bañados en almibar con agua de azahar.

Ya era pasado el mediodía, y Carmen tenía que estar en el odontólogo, en Terrazas del Club Hípico, a las 3. Pensamos que si subíamos hacia Los Teques para bajar por Las Adjuntas y Caricuao se nos haría demasiado tarde. Bajamos, entonces, deseando que la cola que vimos cuando subíamos ya se hubiese disuelto. Afortunadamente, así fue. Llegamos a la casa, almorzamos, y poco después salimos. Me llevé algunas fotos en un pen-drive para probar a imprimirlas en una máquina Kodak, que en otra visita al mismo odontólogo, habíamos visto en un negocio que está en el mismo centro comercial donde se encuentra el consultorio.

Mientras esperaba a Carmen, intenté leer algo del libro que me había llevado: El Conquistador, de Federico Andahazi. Aunque el libro es sumamente interesante, y escrito con gran economía de medios, a esa hora fue más lo que dormí que lo que pude leer.

Al salir Carmen del consultorio, fuimos a probar la impresión de las fotos, y el resultado fue muy bueno: imprimimos algunas de las fotos de la boda eclesiástica de Jorge (octubre 2006), un par de fotos tomadas en Arsuve: una con la Dra. Arbona (publicada en este blog), y otra con Johana, una de las enfermeras, y algunas más. ¡Buena calidad y color! Volveremos seguramente a imprimir más.

Comentarios

  1. El cuerpo es sabio Gran Gu, el sabra porque estabas "lento". Supongo que debe tener que ver la acumulacion de quimicos en tu cuerpo. Ya te falta muy poco, asi que dentro de poco estasr tragandote todas esas calles de Bello Monte!

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Alejandro