Día 2 del sexto ciclo

Ayer olvidé comentar algunos efectos que no había mencionado, y otros que han aparecido o se han hecho más intensos con el paso del tratamiento:
  • Algo que sentido desde hace tiempo, pero al principio no lo asocié con la quimioterapia: pareciera que se produce una contracción en la mandíbula que hace más difícil meter y sacar el hilo dental sobre todo en las piezas que normalmente están más próximas. A veces, al sacarlo, el hilo se deshilacha o inclusive se parte. Lo asocio al tratamiento porque me ocurre siempre en los primeros días de cada ciclo. Y pienso que puede tener que ver también con los calambres en la mandíbula, siendo los calambres una contracción muscular. ¡Curioso!, ¿no?
  • He comenzado a sentir los pinchazos en las manos también al aplaudir con fuerza. Ayer dí una palmada fuerte al exclamar: ¡ya estoy en la mitad del tratamiento!, y sentí exactamente como cuando he tocado el hielo.
  • También lo sentí ayer en la punta de los dedos al lavarme las manos, aunque el agua del lavamanos no estaba más fría que de costumbre.
  • Esta mañana al tropezar el marco de una puerta con un dedo, tropezón que seguramente en condiciones normales ni hubiera advertido, sentí los pinchazos.
  • El calambre en la mandíbula lo sentí ayer con más fuerza que en anteriores ocasiones al comerme un dátil, justo al llegar de la terapia. Ya con el segundo no sentí nada.


Esta mañana llegué a la unidad de quimioterapia a las 9:35. Jorge me llevó y dejamos a Ónix en su trabajo, de camino a la clínica. Casi inmediatamente Vanessa me hizo pasar (no había mucha gente a esa hora). Me conectó mi premedicación y me dispuse a escuchar musiquita en mi Zen. Hoy escuchaba a Toots Thielemans (The Brazil Project) y Coleman Hawkins (Body and Soul), y leí un rato Principios de autocuración de Norman Cousins, que lo tenía abandonado por las novelas de Vázquez Montalbán. ¡Bien interesante lo que dice sobre la importancia terapéutica de la calidad humana de la relación con el médico! Mañana lo comentaré.

Terminé como a la 1 p.m. José Manuel me cambió la venda plástica porque la gasa que está debajo siempre se humedece, por sudor (anoche hizo mucho calor), y termina de mojarse con el baño mañanero, por más cuidado que tenga. El puntico que había estado inflamado hoy estaba mucho mejor.



Más música de vez en cuando me sugiere Julia:
Más de Aldemaro Romero: del disco Aldemareando de Ofelia del Rosal, Sueño de una niña grande, con la participación de Simón Díaz:

De otro disco de Ofelia del Rosal, Simón Díaz Universal, una maravillosa versión de Sabana, un arreglo de Gustavo Carucí. En el violín, Alexis Cárdenas. También es de Carucí el arreglo de Sueño de una niña grande:

Comentarios

  1. Se agradece la musica Gran Gu! Es sabroso ir leyendo y escuchando buena musica.
    Esos sintomas, la verdad, son bastante curiosos ¿ya preguntaste en ARSUVE? Aunque al menos no son tan molestos como la caida del cabello (en tu caso, realmente irrelevante)
    La decision de prescindir del vino ha de ser realmente dura, pero sabia! Asi que este viernes te preparare un jugo de piña, con yogurt ¿ok?

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  2. De nada, Tibu. Me encanta compartir esa música tan sabrosa.

    La mayoría de esos síntomas son de esperarse. La Dra. Arbona siempre me pregunta por la sensibilidad de las yemas de los dedos. Hasta ahora no ha pasado de lo que he contado, pero a Jorge lo afectó bastante. Ya ha empezado a pasar, afortunadamente.

    A falta de vino, aceptaré eso que debe ser como lo que llaman ahora un smoothie, ¿no?. Piña con yogurt suena muy bien. Hace un tiempo me tomé uno de mango, parchita y yogurt en Ara Mix en el Tolón. ¡Muy bueno!

    Un abrazo

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Alejandro